Tijuana, Baja
California a 11 de agosto de 2023.- Con los altos
registros de calor en julio a nivel mundial y la
declaratoria del secretario general de la ONU en la que
dice que “la era del calentamiento global ha terminado y
la era de la ebullición global ha llegado”, se antepone
un punto crítico a nivel mundial y podría traer una
escalada de eventos extremos, cambios de clima drástico,
por lo tanto, es momento de acciones colectivas.
La Dra. Sylvia Pérez Núñez, Docente de la Escuela de
Administración y Negocios y Experta en temas de
Desarrollo Sustentable, recordó que la ONU definió el
cambio climático como “cambios a largo plazo de las
temperaturas y los patrones climáticos”, sin embargo,
desde el siglo XIX, las actividades humanas han sido el
principal motor del cambio climático, principalmente la
quema de combustibles fósiles, como carbón, petróleo y
gas.
“Mantener el aumento de la temperatura del planeta por
debajo de los 1.5 grados para 2030 fue el objetivo que
se plantearon los 194 países al firmar el Acuerdo de
París en 2015 y establecer compromisos hacia los 17
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pero el
balance recientemente compartido por Antonio Guterres,
Secretario General de la ONU, es alarmante. Este mes de
Julio se estableció como el mes más caluroso registrado
en la historia de la humanidad, se vivió un calor
extremo en distintas partes de nuestro planeta, en
México temperaturas de 45 grados en más de la mitad de
los estados. El calentamiento global alcanzó un punto
crítico y provocará cambios drásticos en el clima y
derretimiento acelerado de los casquetes polares,
aumento de la temperatura en océanos, aumento del nivel
del mar, sequías, escasez de agua, enfermedades poniendo
en peligro la vida en la tierra”.
Con esto, es evidente que los compromisos y medidas
ambiciosas, que se plantearon en 2015 los gobiernos, la
sociedad civil, las empresas y la academia, no se
cumplieron o fueron insuficientes.
“Este momento es una nueva oportunidad para apostar a la
unidad, transparencia, colaboración y esfuerzos
colectivos entre todos los actores mencionados. Se
necesita hacer realidad las promesas de transferencia de
recursos de los países con altos niveles de emisiones de
gases a los países que han hecho menos para causar la
crisis y cuentan con menos recursos para enfrentarla”,
indicó.
Son necesarias leyes en los distintos niveles de
gobierno para lograr las cero emisiones en 2050. Leyes
que se cumplan y procesos de evaluación de su
cumplimiento. Podríamos aprender, por ejemplo, de la
forma de vida y la relación con el planeta que tienen
los pueblos originarios quienes viven con respeto y en
armonía con la madre tierra.
De los ODS, el número 13 se refiere a acción por el
clima. La Dra. Sylvia Pérez Núñez de CETYS, recordó que
aquí se estipulan medidas como: mejorar la eficiencia
energética, reducir huella de carbono individual,
empresarial, de entidades gubernamentales, de productos,
servicios y procesos; establecer metas para la reducción
de emisiones y vigilar su cumplimiento y evaluación;
invertir en el desarrollo de productos y servicios
innovadores e inclusivos climáticamente inteligentes y
con bajo nivel de emisiones de carbono, adaptarse y ser
resiliente frente a la nueva realidad.
“A corto plazo en lo individual, tenemos que
informarnos, estar atentos, tomar decisiones de consumo
de productos y servicios que cumplan con normatividad
ambiental, conocer nuestra huella de carbono y buscar la
forma de reducirla. Es decir, ser responsables del
impacto de nuestra actividad cotidiana en nuestro
planeta, cambiar hábitos de alimentación, consumo,
transporte, entre otros.
Por último, en este punto crítico de ebullición, todos
los habitantes de este planeta somos los afectados, por
ello es ocioso en este momento evaluar quién ha
ocasionado el mayor daño.
“La atención debe estar en qué podemos hacer para, por
un lado, reducir las emisiones de carbono, y, por otro
lado, adaptarnos a la nueva realidad de vivir en un
planeta en estado de ebullición. No existe una fórmula
mágica, por eso la acción colectiva en todos los
sectores y entre los sectores público, privado, sociedad
civil y comunidad científica es urgente”.
Cabe destacar que México se comprometió a reducir las
emisiones de carbono en un 35% para 2030, estableciendo
medidas de mitigación como impulsar la electromovilidad,
el trabajo remoto, el transporte ferroviario, la
eficiencia energética y la economía circular que
representan cambios estructurales al margen de los
tiempos políticos. Sin embargo, el país mantiene una
política de uso de energías fósiles, no se han
establecido fechas concretas, no está claro el
cumplimiento de normatividad, existe falta de
transparencia y métodos de evaluación de algunos
programas como Sembrando Vida.
La Dra. Sylvia Pérez Núñez es académica de la
Escuela de Administración y Negocios de CETYS
Universidad Campus Tijuana.
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