Este artículo fue
publicado por
Mongabay Latam
por Michelle Carrere
en 23 mayo 2023
Desde junio de 2018,
el Salar de Tara, que es parte de una reserva nacional y
humedal de importancia internacional, se mantiene
cerrado al público para conservar su biodiversidad.
Los resultados de la
medida son alentadores, puesto que han aumentado las
poblaciones de aves y mamíferos y se ha confirmado la
presencia de carnívoros como el puma y el gato del
desierto.
La comunidad indígena
Lickanantay de la localidad de Toconao, que tiene a
cargo la coadministración del sitio, teme que los
avances en conservación retrocedan si es que se
concretan las intenciones de la empresa Sorcia Minerals
de extraer litio del salar.
El Salar de Tara
—ubicado al interior de la Reserva Nacional Los
Flamencos y catalogado como sitio Ramsar, un humedal de
importancia internacional— es una de las áreas que está
en la mira de la industria minera, después de que el
gobierno chileno anunció, a finales de abril, la
Estrategia Nacional del Litio.
Luego de que el presidente Gabriel Boric diera a conocer
la política nacional que busca colocar al país como
líder mundial en la producción de litio, material
considerado estratégico para la producción de
tecnologías “verdes”, medios de comunicación en Chile
publicaron los intereses de diferentes compañías
mineras. Una de ellas es la estadounidense Sorcia
Minerals que, en 2022, comenzó a desarrollar estudios
geológicos preliminares en el Salar de Tara con la
intención de producir litio durante los próximos años.
La compañía precisó a Mongabay Latam que, por ahora, no
son proyectos de exploración, sino “levantamientos
geológicos superficiales, sin sondajes, perforaciones ni
explotación del salar” y que, por lo tanto, no se han
realizado todavía estudios de impacto ambiental.
Sin embargo, la comunidad indígena lickanantay de la
localidad de Toconao, que históricamente ha ocupado el
territorio, recibió con molestia y desconcierto la
noticia. “Nosotros nos enteramos con la prensa de esto y
la reacción obviamente es de molestia, porque no hemos
sido consultados”, dijo a Mongabay Latam, Rudecindo
Espíndola, comunero del pueblo lickanantay de Toconao.
Aunque la compañía aseguró que ningún proyecto se
iniciará sin haber llevado a cabo conversaciones con las
comunidades involucradas, a estas les preocupa, entre
otras cosas, que se afecte todo el trabajo de
conservación que han realizado en la zona desde hace
años.
El Salar de Tara se mantiene cerrado al público desde
junio de 2018 para conservar la biodiversidad que allí
existe. Los resultados de esa medida son alentadores:
las poblaciones de diferentes aves, incluidas flamencos,
han aumentado y mediante cámaras trampa se pudo
comprobar la presencia del puma y del gato del desierto.
La recuperación de un ecosistema
El Salar de Tara es el sitio con la más alta diversidad
biológica en cuanto a fauna. De hecho, concentra la
mayor cantidad de especies observadas en los humedales
de la región de Antofagasta: un total de 28 especies,
principalmente aves. Entre ellas destacan las tres
especies de flamencos altoandinos: el flamenco chileno (Phoenicopterus
chilensis), el flamenco andino o Parina grande (Phoenicoparrus
andinus) y el flamenco de James o Parina chica (Phoenicoparrus
jamesi). Todas ellas están clasificadas en la lista roja
de especies amenazadas de la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza (UICN).
El Salar de Tara es también el hogar del pato juarjual (Lophonetta
specularioides), el pato jergón grande (Anas georgica),
el pato jergón chico (Anas flavirostris) y el pato puna
(Anas Puna). Otras especies que destacan son la gaviota
andina (Larus serranus), característica por tener la
cara negra y el resto del cuerpo blanco. También el
Playero de Baird (Calidris bairdii), una de las aves
migratorias en el mundo que más distancias recorre, ya
que viaja desde el Ártico hasta Tierra del Fuego y usa
como parada intermedia las lagunas altoandinas.
Toda esta gran diversidad de aves llevó a la Convención
sobre Humedales, un tratado ambiental establecido por la
UNESCO, a declarar el Salar de Tara como un humedal de
importancia internacional o sitio Ramsar. Sin embargo,
“el turismo no regulado puso en peligro los ecosistemas
presentes en el área”, asegura la Corporación Nacional
Forestal (Conaf), el organismo en Chile encargado de
gestionar las áreas protegidas terrestres y que
coadministra el sitio junto con la comunidad lickanantay
de Toconao.
Ante esto, en junio de 2018, la comunidad y Conaf
decidieron cerrar al turismo el Salar de Tara para
permitir que las especies que habitan en él pudieran
recuperarse. Cuatro años después, los resultados de la
medida dan cuenta de una notable mejoría en el
ecosistema. Algunas especies han recuperado los lugares
que antes, debido a la presencia de turistas, habían
dejado de ocupar, asegura Anita Huichaman, directora
regional de Conaf Antofagasta. “Un ejemplo de ello es la
detección de nidificación de guayatas”, dice, un ave
también conocida como cauquén (Chloephaga melanoptera) y
clasificada en la Lista Roja de UICN. También se ha
registrado “un leve aumento de flamencos nidificantes de
las tres especies en el borde sureste del Salar de
Tara”, agrega. Se estima que aproximadamente unos 5 000
ejemplares habitan actualmente el lugar, precisa la
especialista.
La directora regional de Conaf asegura que también se ha
registrado “un aumento en presencia de grupos familiares
de vicuñas” y “se ha podido evidenciar la presencia de
carnívoros, como el gato del desierto (Leopardus
garleppi) y el puma (Puma concolor)”. Asimismo, agrega,
“la zona es un área importante para la distribución del
suri o ñandu (Rhe pennata tarapacensis)”.
Por otro lado, el Salar de Tara también destaca por su
patrimonio arqueológico que ha sido rescatado por un
trabajo de investigación que los habitantes de Toconao
han realizado de la mano con el Instituto de
Investigación Arqueológica de San Pedro de Atacama. “Ya
hemos datado sitios arcaicos tempranos, sitios de
ocupación histórica”, dice Rudecindo Espíndola. “Para
nosotros no es un lugar cualquiera, es un lugar
milenario donde nuestros ancestros vivieron en torno al
agua. Es un lugar de historia, donde se conjuga la
cultura y el patrimonio del pueblo Lickanantay”.
Con todo, Tara “es quizá es el salar más sublime que
existe en todo Chile”, dice Cristina Dorador, una de las
científicas más destacadas en el estudio de los salares.
Huichaman menciona que entre las amenazas a este
ecosistema son la intrusión y perturbación humana, que
interrumpe los procesos biológicos de los animales como
el descanso, la alimentación o la reproducción. “La
extracción de agua también es una actividad peligrosa”,
dice la especialista, sobre todo “considerando lo vital
que es este componente en estos ambientes” y a que el
cambio climático “puede recrudecer las condiciones”. Y,
además, “la instalación de proyectos extractivos es
sumamente amenazante, así como la presencia de especies
domésticas, particularmente perros”.
¿Una nueva tecnología para extraer litio?
“En Sorcia Minerals tenemos y promovemos Tecnología de
Extracción Directa con reinyección de salmuera, lo que
significa que, de llegar a producir litio en el Salar de
Tara o en cualquier otro salar, lo haremos de manera
ambientalmente responsable”, le dijo a Mongabay Latam,
Rodrigo Dupouy, presidente para Latinoamérica de Sorcia
Minerals.
Actualmente, el litio que se extrae del salar de
Atacama, el único que actualmente es explotado en el
país, se obtiene mediante un proceso que incluye la
evaporación de millones de litros de agua. En concreto,
la salmuera (agua con sal) que se extrae del salar y que
contiene el litio es depositada en pozas de evaporación
entre 11 y 14 meses. Así, “por cada tonelada de mineral,
se eliminan —vía evaporación— cerca de dos millones de
litros de agua”, explicó Ingrid Garcés, investigadora de
la Universidad de Antofagasta y doctora en ciencias
geológicas. El material es embarcado en camiones hasta
las plantas de procesamiento en la ciudad de
Antofagasta, para terminar su purificación y obtener
diferentes productos como cloruro de potasio, sulfato de
potasio y ácido bórico.
La metodología anunciada por Sorcia, en cambio, busca
obtener el litio directamente de la salmuera sin
necesidad de evaporación. “Es la única manera de
producir litio sin perjudicar el medioambiente”, dice
Dupouy. El problema es que según diferentes fuentes
científicas consultadas, no está comprobado que dicho
método esté libre de consecuencias para los ecosistemas.
“Todas esas técnicas están siendo todavía sometidas a
estudios a escala piloto, pero todavía no se trabajan en
terreno”, asegura Garcés. “Está la tecnología, pero eso
no significa que pueda ser aplicada directamente porque,
además, depende del tipo de salmuera que se tenga”,
agrega la experta. Dorador concuerda: “Son tecnologías
que no han sido aplicadas a la escala que está pensando
la industria y tampoco se han estudiado in situ los
efectos que ocasionarían en el ecosistema”.
Según Sorcia, en caso de llevarse a cabo una exploración
de salar y una explotación, no sólo buscarán contar con
todos los permisos ambientales que exige la ley sino
también con el consentimiento de las comunidades. “No
sólo queremos los permisos y la luz verde desde lo
legal, sino también desde lo medioambiental y social. No
vamos a producir litio en Tara sin haber conversado y
trabajado en conjunto con todos los actores
correspondientes”.
En ese sentido, Dupouy aseguró que si bien la compañía
aún no ha tomado contacto con la comunidad de Toconao,
ya inició conversaciones con dirigentes indígenas. “Ya
iniciamos el contacto con el Consejo de Pueblos
Atacameños, que reúne a 18 comunidades del sector,
incluyendo a la Lickanantay. Dentro de las próximas
semanas, coordinaremos una reunión en el territorio para
presentar nuestra Tecnología de Extracción Directa y los
beneficios que esta conlleva para el medio ambiente y
las comunidades”. Sin embargo, consultado sobre el tema,
el Presidente del Consejo de Pueblos Atacameños (CPA),
Vladimir Reyes, descartó acercamientos y eventuales
reuniones con la empresa Sorcia Minerals.
“Estamos viviendo un momento histórico que comienza a
escribir el futuro del pueblo atacameño”, dijo Reyes en
una conferencia de prensa, luego de que el presidente
Boric anunciara la Estrategia Nacional del Litio.
“Nuevamente somos objeto de diálogo, pero de carácter
secundario. Los que ya vienen dialogando están tomando
decisiones empresariales sobre nuestras tierras sin
atender a quienes las habitan”.
Dudas sobre la protección de los salares
La Estrategia Nacional del Litio incluye la creación de
una red de salares protegidos. Esta iniciativa, dijo el
presidente Gabriel Boric, va en línea con los
compromisos adoptados por la Convención de Naciones
Unidas sobre Diversidad Biológica, entre los cuales está
proteger el 30 % de los ecosistemas terrestres.
La ministra de ciencias, Aisén Etcheverry, precisó a
Mongabay Latam que “la estrategia plantea la protección
de todas las lagunas salinas que, en total, son 18, y
también la conservación de al menos el 30% de los
salares”. Para ello, agregó, será necesario estudiar
cada uno de estos sitios para “balancear y entender si
es que lo estratégico es protegerlos o si tienen un
potencial de explotación de litio que pueda ser
relevante”.
La creación de la red de salares protegidos fue
celebrada por científicos y conservacionistas, quienes
advirtieron sobre la urgencia de que se concrete. “Es
urgente que esta estrategia eche a andar el tema de la
protección de los solares, incorporando por supuesto su
estudio intensivo. Eso tiene que hacerse lo antes
posible”, dijo Dorador.
Sin embargo, expertos, conservacionistas y comunidades
se preguntan qué tan resguardados estarán los
ecosistemas que formen parte de la red de salares
protegidos, si aquellos salares que ya están
resguardados por ley están en la mira de la industria.
Para Dorador, el Salar de Tara “ni siquiera debiera ser
explorado”, debido a que “la exploración implica
movimiento de tierra, implica camionetas, camiones,
instalaciones que, aunque sean estacionarias, causan
problemas. Se puede perder una nidificación”, advierte
la científica.
“No tenemos nada contra el progreso o el desarrollo”,
dijo el el Presidente del CPA, Vladimir Reyes, “pero
cuando progresa la muerte de nuestros salares, llega el
momento que la lickann (nuestro pueblo) se levanta“. |