Tijuana, B.C.
– La visión de una ciudad de frontera, la
perspectiva de un artista cuya vivencia
cotidiana contempla una urbe como Tijuana y los
personajes que habitan esta región desde el
anonimato, dan forma a Portrato, exposición
fotográfica que será instalada en el Pasillo de
la Fotografía Vidal Pinto del Cecut.
La muestra del trabajo del artista Alfonso
Lorenzana, será inaugurada el 26 de agosto a las
19:00 horas en este espacio dedicado a la
fotografía al que el Centro Cultural Tijuana (Cecut),
institución de la Secretaría de Cultura federal,
ha establecido para hospedar artistas de la
lente de México y el resto del mundo.
Decano de la fotografía en una Tijuana, asociada
al ámbito cultural, Alfonso Lorenzana, ha
capturado mediante su lente, a una multitud de
intelectuales, artistas, creadores y
personalidades de todas las disciplinas
artísticas a lo largo de casi cuatro décadas,
del ámbito regional, nacional e internacional.
Portrato, palabra que parece combinar la palabra
en inglés portrait, con aquella en español que
es retrato, es una serie fotográfica que alude
un ecosistema pluricultural, multilingüe y
diverso que con frecuencia es retratado por
Lorenzana en su recorrido habitual por Tijuana.
Sobre el trabajo de Alfonso Lorenzana, el
académico, cinéfilo y poeta tijuanense Victor
Soto Ferrel ha escrito, “capta la fragilidad de
una serena trashumancia en los extremos de una
mirada, uniéndolos en la corriente áspera de un
rasguño. Como en el principio de la fuga, su
creación ancla entre el viento luminoso y la
plena dicha, fusionando luz y sombra sobre la
piedra despiadada y su prodigio”.
En Portrato, el espectador podrá apreciar la
visión en conjunto de la ciudad en un particular
claroscuro, una atmósfera visual que Lorenzana
tiende a materializar en su fotografía, en lugar
de aquella luminosidad que en otras lentes es
frecuente vehículo de expresión.
Soto Ferrel abunda sobre la labor artística de
Lorenzana, “a través del diálogo con personas y
paisajes, el artista recrea una cosmogonía.
Telúrica y sensual, su invocación arranca al
espectáculo la máscara sagrada de la locura.
Dejándonos solo el silencio, con su rictus de
posesión en el enfático blanco de las órbitas y
en la rigidez de los huesos”.
“Pausadamente va revelando en la ubicuidad del
espejo retrovisor, la turbia huella de una
historia en la piel que envejece. Su reto es la
mirada inocente, pura como su propio credo en la
labor perpetua del taller del orfebre o del
músico. Tranquilo, a bordo de la nave, observa
el reposo de una mano sosteniendo el escudo de
la diaria batalla”, continúa describiendo Víctor
Soto.
Portrato mostrará al público una serie de
improntas que marcan la evolución del quehacer
fotográfico del artista y fotodocumentalista,
abarcando un periodo que va de la década de los
80 a los días más recientes de la pandemia,
transitando un periplo pleno de imágenes que nos
son tan familiares y desafiantes como atractivas
e impresionantes.
La forma en que Víctor Soto Ferrel describe el
conjunto de fotografía invita a presenciar esta
exposición, “la luz de la piel deslumbra
suavemente a la mirada oculta. Se ve la
oscuridad de la cámara que guarda con lucidez la
firmeza alrededor del cuello, la fuerza del
esqueleto y la certeza de los abalorios dentro
del cubo del quebranto. Ya en el nuevo registro
para la memoria de Alfonso y de sus receptores,
no es uno de tantos ángulos. La calle se
petrifica por la segura presencia del azar,
mirando de frente, retando al observador y
oscureciéndolo con el avance hasta desposeerlo”. |